“Este plato para él, este para ella… el “rotito” para mí”
¿Sientes que has perdido tu valor frente a ti y frente a los demás?
¿Cuántas veces no te han importado esos detalles “insignificantes”? ¿Cuántas veces te has puesto en último lugar y no te ha importado?, “lo que sobre me lo como yo”.
No es el plato “rotito”, no es lo que sobre de la comida, no es que coman ellos primero, es el valor y el respeto que tú misma te estás dando.
Lo sé, ¿qué mas da?, “a mí no me importa”. Esta “flexibilidad” hace que poco a poco te menosprecies, te conformes con lo que te den, no con lo que te mereces. Esa flexibilidad muchas veces es el principio del gran descenso del valor que te das ante tus propios ojos. Tú sola te estás poniendo en último lugar, y los demás te empezarán a poner ahí mismo. Después no te preguntes por qué no te respetan y te dan tu lugar. Es muy sencillo.. porque tú misma no te lo estás dando.
Tienes el mismo valor que los demás, por lo tanto, te pido que si tienes un plato “rotito” lo pongas a quien le toque (no hagas trampa), si empiezas por poner los platos por tu lado derecho y le tocó a tu esposo, sorry!, no te sientas mal por ponérselo, porque, ¿a caso tú te sientes mal por comer en ese plato?, entonces no te sientas mal porque a él le tocó, ni modo.
Pide tu propio platillo y deja de esperar las sobras de tus hijos, no mereces las sobras, mereces comer como una persona normal, con dignidad y respeto.
Reparte la comida entre todos por igual y no te quedes esperando a que todos se sirvan para que tú después lo hagas, y claro, lo sé, muchas veces te quedas con poco o sin comer…
¡Reconoce tu valor, reencuéntralo y recupéralo!… ¡Lo antes posible!
Con cariño,
Renee