Existe una gran verdad, vivirás contigo el resto de tu vida, y si no aprendes a hacer las paces contigo y a convertirte en tu mejor aliada, tu mejor amiga y en tu cómplice, seguramente padecerás la mayoría de tus días porque no sabrás qué te pasa o qué puedes hacer para sentirte mejor. Por lo tanto, nos conviene empezar a hacer las paces con nosotras para poder tener una buena relación de paz y amor, y para conseguirlo necesitamos conocernos, porque ¿acaso serías amiga de alguien que no conoces?, definitivamente no. Pensarás que es un poco romántico decir que tenemos que ser nuestras amigas, pero es que en realidad nos comportamos como nuestras peores enemigas y eso es ESPANTOSO, vivir con una voz que nos critica, nos juzga y duda de nosotras es cansado, tedioso y desalentador. Si estás dispuesta a terminar con esa voz tendrás que poner manos a la obra, o mejor dicho: atención directa a ti. Estarás bajo la lupa, empezarás a conocerte profundamente para poder llegar a tener un mejor auto control, pero quiero decirte que todo tiene un precio… necesitas tiempo, energía, paciencia y valentía para hacerlo, te costará reconocer que tendrás que transformar tu forma de pensar o de hacer las cosas y no te gustará porque estarás incómoda, pero esto es justamente lo que necesitas para salir de los círculos que nos llevan siempre a los mismos lugares… (o a las mismas voces)
Por eso hoy quiero enseñarte una técnica:
Escucha lo que hablas: Nuestras palabras son el reflejo de nuestros pensamientos. Si escuchas atentamente lo que dices en voz alta, te darás cuenta el tipo de conversación que tienes en tu interior.
¿Acaso criticas mucho a la gente?, ¿cotilleas, te gusta el chisme?, ¿juzgas sin conocer?, ¿te quejas de todo?; o por el contrario ¿das ánimos y motivas a la gente?, ¿te gusta ayudar?, ¿ves el lado bueno de las cosas?.
Este ejercicio funciona como un oído exterior para saber qué tipo de voz te mortifica en tu cabeza y no deja que disfrutes de tu día a día, de las personas, de tu trabajo o de ti.
Tomará mucha energía concentrarte para escuchar tus palabras porque requiere mucha atención, esto sucede porque estás acostumbrada a hablar de cierta manera y con ciertas palabras, por lo tanto, una vez que identifiques qué tipo de conversaciones tienes con la gente, puedes descubrir y darte cuenta cómo te hablas internamente y revelar la calidad de pensamiento y autoestima que tienes.
-Muy bien, me he escuchado y siempre me estoy quejando. Es verdad, siempre me estoy quejando de mí, de mi cuerpo, de mi pareja, de mis hijos, de la casa, de mi trabajo… ¿qué hago?
Lo primero que tienes que hacer es: Antes de hablar, aprende a escuchar tu voz y pensar en lo que estás a punto de decir. ¿Lo que diré es otra queja?, ¿es cotilleo o crítica?, ¿es agradable?, si realmente quieres empezar a cambiar ese diálogo interior para ser tu mejor amiga y aliada, literalmente necesitas “domar” las palabras que van a salir de tu boca, al principio seguramente las dirás “sin querer”, pero estarás consciente de haberlas dicho, esto servirá para que a la próxima vez que las vayas a decir frenes y evites decirlas. Poco a poco irás teniendo una mejor y más agradable conversación exterior que se va a reflejar en tu diálogo interno que hará que tengas una mejor relación contigo y te sientas tu mejor amiga.
¿Quieres un tip extra?
Halaga a otras mujeres… ¡GENUINAMENTE!. Si te gusta su cabello, su vestido, sus zapatos, su sonrisa… dícelo. Cuando empecé a halagar a otras mujeres me di cuenta lo bien que se sentía, y en realidad lo hice porque me nacía hacerlo, no me considero una persona introvertida por lo tanto no me daba vergüenza hacerlo. Y siempre he dicho que es horrible que una mujer envidie a otra por algo que le gusta, ¿por qué no halagar y hasta podrían decirnos dónde lo compraron o qué productos usan?, pero aunque no nos dijeran porque no preguntamos, simplemente con ver la sorpresa y la sonrisa junto con un GRAN GRACIAS es una gran sensación que merece la pena. Nunca sabemos si le “hemos hecho el día” o “hemos cambiado la propia percepción”.
Recuerdo una vez caminando por el centro comercial venía frente a mi una familia, la chica como de 20 años tenía un cabello preciosamente rizado, pasé y le dije: “¡qué hermoso está tu cabello!”, todos voltearon a verme y la mamá me dijo: ¡¿verdad que sí?!, ¡justamente mañana tiene cita para hacerse un alaciado permanente!.
La moraleja es: si quieres aprender a ser tu amiga, aprende primero a adueñarte de tu comportamiento, y tus palabras forman parte de este. Hacerlo de afuera hacia dentro es lo más “rápido” de hacer (pero necesitas tener paciencia). Después, será más sencillo halagarte, motivarte y confiar en ti porque tus palabras cambiarán y tu diálogo interno lo hará también. Recuerda que vivirás contigo el resto de tu vida, aprende a tener una buena relación contigo lo antes posible.
Con cariño,
Renee