“¡Espera, espera! Shhh… escucha el silencio, escucha la naturaleza”. Paró un momento y pude escuchar el viento, el sonido de unos pajaritos a lo lejos… la nada de la inmensidad de todo lo que nos rodeaba. “No puedo escuchar el silencio”, me dijo, “ese zumbido no me deja escucharlo”. Mi esposo Jaime perdió la audición del oído derecho en el 2019 cuando tuvo paperas. No solo ya no puede escuchar, sino que tiene que soportar un zumbido constante llamado tinnitus.
A veces perdemos la noción de lo bendecidos que somos al estar completos, sanos y poder disfrutar de cosas tan maravillosas como el silencio, la naturaleza, la voz de aquellos que amamos, la vida.
Guardemos silencio y agradezcamos por todo “lo obvio” que tenemos en esta vida. No esperemos a perderlo para valorarlo.
Con cariño,
Renee